viernes, 23 de julio de 2010

Iglesia del Salvador - Sevilla

Cuando uno se dedica a pasear por Sevilla, lo primero que le viene a su imaginación es “que pensaran los que nos visitan de esta ciudad”, alguna contestación me la han facilitado trabajadores que, por estar en puestos de vigilancia, han escuchado los comentarios de las personas, incluso han recibido directamente quejas de visitantes que no pueden entender hechos como por ejemplo el que se produce en las gradas de acceso a la Iglesia del Salvador.

La Iglesia del Salvador, creo, es la siguiente en orden de importancia a la Iglesia de la Catedral, ha sufrido una restauración costosa e importante, entrando en su templo constatamos su valor y su maravilla. No obstante, se consiente su degradación, con personas sentadas en sus gradas, con copas o litronas, allí dejan la suciedad. ¡Esto no es libertad!! Esto es libertinaje!, que ofende a las personas que todavía tenemos principios de educación y saber estar y deseamos una ciudad simplemente con una imagen de respeto y anejo a ese respeto de limpieza y sanidad. Para eso deben servir nuestros impuestos, no está de más recordarlo.



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