domingo, 23 de febrero de 2014

Convento de Santa Paula / Sevilla


Sevilla cuenta con un buen número de conventos de clausura con un rico contenido cultural, poco conocido incluso para los que son sevillanos o los que vivimos en ella, muchas veces pasas por la puerta o al lado de los muros de uno de estos espacios ignorando los tesoros que guardan en su interior y que nada nos indica desde el exterior su presencia

Esto ocurre con el Convento de Santa Paula, nada nos indica desde el exterior su contenido interior. Este fin de semana junto con mis amigos del Alamillo estuvimos visitándolo y disfrutando de lo que, yo personalmente,  no había visto

La orden está inspirada y fundamentada en el S. IV tiempos de San Jerónimo y Santa Paula que edificaron los  monasterios de Belén. San Jerónimo vivió como cenobita, su ocupación, orar, realizar trabajos bíblicos, atender a los peregrinos y refugiados en la hospedería levantada por Paula,  u enseñar a  monjes y monjas   la verdadera vida monástica

El convento es un monumento histórico, ubicado en la calle Santa Paula dentro de casco histórico, de la ciudad de Sevilla muy próximo a  la parroquia de San Marcos y de otro Gran convento, Sta Isabel,  y alberga un grupo de 27 Monjas Jerónimas, africanas, asiáticas, europeas y americanas, un combinado de culturas que se han unido en un fin común de búsqueda y servicio a Dios

La configuración del espacio es compleja debido a las reformas llevadas a cabo, combina construcciones de un gran interés arquitectónico, con otras sencillas y de uso doméstico, todas ellas  en torno a amplios espacios vacíos destinados a patio o jardines




Fue fundado por Dª Ana de Santillán y Guzmán,  en el año 1473.  Dª Ana tras quedarse viuda ingresó en San Juan de la Palma, y concibió la idea de un convento de clausura para la orden Jerónima. La bula la otorgó el Papa Sixto IV

Sobre 1483 la viuda del Condestable de Portugal, Dª  Isabel Enríquez, promovió la edificación de la actual iglesia del convento. En cuyos muros laterales  se encuentran los sepulcros de Doña Isabel, de su esposo y de un hermano de Isabel, con sus emblemas heráldicos

Ha sufrido numerosas reformas,  ampliaciones y restauraciones y hay que destacar la creación de un museo conventual, que es el único existente en una clausura sevillana




El edificio cuenta con dos entradas, una abierta a través del compás de los locutorios, que permite el acceso a la puerta reglar, las dependencias de las hermanas porteras, el museo conventual y la capilla del Sagrado Corazón. La otra puerta de ladrillo, gótico-mudéjar con un azulejo de la titular,  permite acceder al compás que nos lleva a la Iglesia  y otras dependencias de servicio y la vivienda del capellán,

Merece destacar la portada de la iglesia, quizás una de las más interesantes que se conservan en esta ciudad, estilo mudéjar y gótico con algunos apuntes del renacimiento. Fue realizada por Pedro Millán y el ceramista italiano Francisco Niculoso Pisano, encontramos arcos apuntados, almirez, flameros y medallones



La iglesia de 1483-89 es de una sola nave, con cabecera alta y coro alto y bajo, el gótico mudéjar queda marcado en sus cubiertas con bóvedas nervadas muy decoradas de tracería gótica  y un magnifico artesonado en la nave realizado por Diego López de Arenas



El altar mayor es obra de José Fernando de Medinilla y está presidido por Santa Paula, ya  comentamos que ven los laterales se encuentran los sepulcros de Dª Isabel Enriquez, su marido y su hermano, en la lado izquierdo encontramos el retablo de San Juan Evangelista, obra de Alonso Cano, la escultura de la imagen de San Juan es de Juan Martínez Montañés, a los pies de este testero una  magna pintura mural representado a San Cristóbal atribuida a Alonso Vázquez. En el lado derecho vemos  el retablo de San Juan Bautista, de  Felipe Rivas,  la escultura central  se atribuye a Montañés. El otro retablo del santo Cristo de Felipe Ribas con un crucificado atribuido a Pedro Millán y la Dolorosa de Gaspar Ribas

En su exterior destaca la espadaña de dos cuerpos es obra de Diego López Bueno

Cuenta con dos claustro uno realizado por Diego López Bueno Siglo XVII, época, en que se amplía el  convento ante el aumento de la comunidad y otro mas pequeño conocido como patio viejo, existen otras estructuras, como lavaderos,  ropería, noviciado, etc.

A través de otro portalón accedemos al museo conventual, entramos en un pequeño compas en el que están situadas la sala de ventas de la repostería que fabrican las monjas. Por una escalera pegada al muro accedemos a las salas del museo donde se exhiben



Un lienzo de la flagelación de San Jerónimo S XVIII
Un calvario sobre tabla S. XVI   
Una vitrina con ornamentos litúrgicos
Lienzo del ángel de la guarda de josé Risueño
San Juan Evangelista escribiendo el apocalipsis
Varias imágenes del niños Jesús, una de ellas dormido sobre una calavera
Una escena de la visitación
Un gran lienzo con el tema adoración de los pastores atribuido a Juan Do
Un san Miguel Arcángel, bustos del Ecce homo, la Dolorosa, 
Un suntuoso relicario en el que se ve u a cabeza de San Juan Bautista llevada por ángeles sobre una peana de ébano y plata
Obra muy curiosa un nacimiento, de finales S XVIII, con algunas figuras firmadas por Fernando de Santiago, en el figuran un conjunto de escenas que van desde la expulsión de Adán y Eva del paraíso , la Anunciación, la Visitación, la Huida a Egipto, la matanza de los inocentes, la Adoración de los Reyes, el nacimiento, todo miniaturizado y cargado de detalles




Un lienzo de san jerónimo haciendo penitencia 
El embarque de Santa Paula hacia la isla de Citerea

Esta declarado Monumento Histórico en 1931

Actualmente el grupo de monjas que habita el convento se dedican a la preparación de dulces, Alfajores, cremas, gelatinas, membrillos, mermeladas, magdalenas, tocinos de cielo, turrones, en sus distintas variedades. Comentan que tienen una receta especial que han ido elaborando  a lo largo del tiempo, pero que todas tienen una parte en común; un secreto; pero un secreto que difunden  y hace que sus cremas y mermeladas tengan algo especial

Para que hagan felices a los que los degustan, ellas, agregan

4 tazas de amor
2 tazas de lealtad
3 Tazas de olvido de sí
2 Tazas de amistad
3 cucharadas de esperanza
2 cucharadas de ternura
4 partes de fe
1 barril de risa

Tomando el Amor y la Lealtad mezclarlo  a fondo con la fe. Agregar ternura, bondad y comprensión. Aderezar con amistad y esperanza. Condimentar abundantemente con alegría, hornear con rayos de sol. Y añadiendo las mejores materias primas

Pueden adquirirse en el convento o a través de internet 


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