Siempre he sido defensora de la vida, creo que es un don al que todos tienen derecho y he considerado una prepotencia animalesca el negar el derecho a la vida a cualquier ser, pero parece ser que en estos tiempos en los que tanto se lucha por la vida y buen vivir de los animales, a los que por supuesto no niego ningún derecho, pues son seres vivos, para muchas personas la vida de los seres humanos es algo diferente, algo que carece de valor, así una mujer que se queda embarazada tiene todo el derecho a quitar la vida de ese ser que lleva en sus entrañas, de hecho para alguna iluminada política ese ser era un ser vivo pero no humano, (duele el alma al pensar que por ese barbaresco pensamiento y otros parecidos ahora este cobrando un pastón), matar a una persona tampoco parece que tenga mucha importancia a tenor de lo que cuesta condenar al asesino y de la condena que pueda caerle, el que un medico decida cuál es el día final de una persona es hasta bien recibido, cuando la finalidad de un medico no es luchar por la muerte, sino por la vida.
Esta semana el tribunal de justicia Europeo ha dictado sentencia prohibiendo las `patentes de embriones humanos y de células embrionarias cuya obtención lleve consigo la destrucción del embrión.Esto ha sido un revés a la utilización de células madre embrionarias para la ciencia, el Tribunal de Luxemburgo rechazó patentar procedimientos de investigación con células madre al implicar la destrucción del embrión humanoCreo que es un paso importante para que la cultura jurídica se comprometa con la vida humana
Y creo que va siendo hora que el partido que salga de las urnas el 20N se comprometa en este sentido
En la defensa de la vida, y en la ayuda y protección a las futuras madres que lo necesiten y dado el momento de crisis que tenemos, también va siendo hora de que el dinero que pueda ser destinado a ayudas y subvenciones lo sea para las NECESIDADES de este país y no para los engendros de programas y sus diseñadores de causas perdidas para otros países, como han sido la mayoría de programas que hemos visto publicados en los boletines oficiales, que siendo un poco bien pensados seguramente han sido la escusa para llenar el bolsillo de familiares, amigotes y todo tipo de apesebrados, cualquier cosa menos para quitar el hambre de los que de verdad la padecen. Pero la caridad debe comenzar por uno mismo, primero nuestras necesidades y luego las de los demás.
Deber quedarle claro a la clase política que ni mucho menos son dueños del dinero, que ese es un bien público logrado con la participación y sudor de los trabajadores y que son los contratados para gestionarlo de la mejor forma posible atendiendo en primer lugar las necesidades de sus administrados
Creo que los ciudadanos deben tomar conciencia de su poder y exigir, exigir lo que es justo
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