Pregón del Rocio de los Palacios y Villafranca 2010


PREGON DEL ROCIO DE LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA AÑO 2.010



. Reina del cielo, alégrate; aleluya

Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya

Resucitó, como dijo; aleluya

Ruega a Dios por nosotros; aleluya

Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya

Porque ha resucitado verdaderamente el Señor: aleluya



Reverendo Sr. Párroco del Sagrado Corazón de Jesús y Director Espiritual de la Hermandad del Rocío de Los Palacios y Villafranca, D. Luis Merello.

Sr. Delegado de Cultura, D. Claudio Maestre.

Sr. Presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, D. Joaquín Castillo

Sra. Hermana Mayor de nuestra Hermandad del Rocío, Dª. Maria José Tirado.

Sr. Presentador, querido amigo, D. Manuel Nieto.

Junta de Gobierno de la Hermandad del Rocío, Sres. Representantes de las Hermandades de Gloria y Penitencia,

Queridos amigos y hermanos rocieros, buenas tardes y gracias de corazón por vuestra asistencia.

Muchas gracias por tu magnifica presentación, Manuel Nieto, se nota que eres un buen amigo. Se nota que tienes cualidades de pregonero y que es el corazón, ese pedazo de corazón que tienes, el que manda en todo lo que piensas, haces y dices. Muchas gracias Manuel Nieto, muchas gracias Manolito Nieto.

Y sobre todo quiero agradecer a la Junta de Hermandad, a la Junta de mi Hermandad del Rocío de Los Palacios y Villafranca, y en especial a la flamante y primera Hermana Mayor, Maria José Tirado, savia fresca, fruto de una bien arraigada semilla rociera que en su día sembraron unos excepcionales padres y buenos amigos míos, Maria y Joaquín, por el que pedimos a Dios, se recupere pronto de sus dolencias y a mi querido amigo Juan Antonio Poley, incansable buscador de pregoneros, siguiendo la estela del gran Paco Cabrera, por haberme otorgado el alto honor, la gran responsabilidad y la mayor sorpresa de ser designado Pregonero del Rocío para éste año de 2.010.

Espero no defraudar por las expectativas depositadas en mi humilde persona y si así fuera pedir perdón por mi torpeza.

La primera pregunta que me surge es,

¿Qué cualidades debe reunir un pregonero?

Entre otras, un pregonero debe ser como un sacerdote en su plegaria, como un orador en su dicción, como un poeta en la bella composición del discurso y sobre todo debe ser un buen rociero.

Sin embargo heme aquí, que....

Debería parecerme a un sacerdote y no lo soy.

Interpreto el papel de un orador, sin serlo.

Ocupo el lugar de un poeta, sin madera para serlo.

Y aunque me siento rociero por los cuatro costados, tampoco me considero un buen rociero, estoy en lista de espera y con la ayuda de la Virgen, espero alcanzar algún día ese honor, cuando Ella me crea merecedor al mismo.

¿Qué hace entonces, un alarife como yo, en un sitio como éste?

La carencia de las cualidades descritas, espero subsanarlas con el cariño a mi Hermandad, el cariño a éste maravilloso pueblo de los Palacios y con el cariño, amor y veneración a la Virgen del Rocío.

A Ella me encomiendo en esta difícil y bendita hora de cantar sus Glorias.

Estoy convencido de que me vais a ver con los ojos del alma y me vais a oír con los oídos del corazón. Así me será más fácil.



Los Palacios, cuna y cobijo hombres ilustres como Andrés Bernáldez, el Cura de Los Palacios, Juan José Baquero, Francisco y Miguel Murúbe, Pedro Pérez Fernández, Joaquín Romero Murube, Antonio Cruzado, etc, etc, siempre me recibió con los brazos abiertos.



Quedaban muy pocas lunas para agotar el año 1972, cuando por primera vez, de la mano de Manuel Bejines, “El Lobito”, llegué a Los Palacios. Mi recién estrenado título en el bolsillo y mis alforjas llenas de ilusiones, de inexperiencia y de ignorancia.



Desde la lejanía me enamoró, destacando orgullosa sobre el horizonte, su dieciochesca Torre de Santa Maria la Blanca y cuando te vas acercando parece que estás en la antesala de la Marisma, tierras de humedal, luz de blanca cal y azul de mar, estremeciéndome con la arquitectura de sus antiguas casas de barro y paja, rematadas por humildes tejados de bayunco y pasto, hoy tristemente desaparecidas.....



Aquí descubrí nombres, lugares y rincones de ensueño, Searus, la Atalayuela, calle la Aurora, calle del Paraíso, El Rincón de los lirios, el Pozo de las penas ¡Cuanta belleza!



Aquí me hice hombre, aquí me realicé como Arquitecto, aquí hice amigos, aquí eché mis raíces, aquí me sentí y me siento como en mi casa, aquí aprendí a oír el cante con Paco Cabrera y El Distinguido, aquí empecé a conocer los vinos de la copa de Manuel Gómez Canga-Argüelles “El Buyango”, Gabriel Benítez y “Juanito el del vino”, aquí con mi amigo Andrés Correa y el codo en el mostrador de cualquier tabanco, conocí mucha gente buena, aquí, de la mano de Manolito Nieto, empecé a entender el Rocío, aquí nos hicimos rocieros Elena y yo, aquí hicimos nuestro primer camino y aquí descubrí un nuevo camino para llegar a Dios, con la mediación de la Virgen de las Nieves, el Sagrado Corazón y la Virgen del Rocío.

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El pueblo no tenía entonces más de 20.000 almas, hoy superamos los 35.000. Recuerdo que, entrando por la Avda de Sevilla a la derecha, en el Manchón de la Pepona, sólo había solares y por la izquierda, detrás de las primeras casas, grandes extensiones de viñedos.

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Transcurren los primeros años democráticos, muchos de vosotros recordareis a Riverola el primer alcalde de la transición.

Estos fueron los primeros pasos en mi profesión, mis primeros pasos como alarife.



¡Qué casualidad! También en aquel mismo año de 1972, da sus primeros pasos la Hermandad del Rocío de Los Palacios y Villafranca, hasta constituirse definitivamente en 1973, gracias al tesón, impulso y dedicación de gente tan abnegada como, Antonio Peña, Mª Pepa Lissen, Miguel Roldan, José Salguero, Paco Cabrera, Manuel el Pincho, Manolito Nieto, etc, etc así hasta más de 50 personas que dieron lo mejor de sus vidas para que hoy podamos disfrutar de la plenitud de vida de nuestra Hermandad.

Mi vida en Los Palacios corre paralela a la vida de la Hermandad del Rocío.

Nuestra bendita tierra que es pregonera vocacional, siempre ha pregonado sus excelencias materiales



El mantillo para las macetas

Los camarones de la isla

Las aceitunas gordáles

Los altramuces, salaítos y dulces

Los cantaros de Lebrija

Los tomates, melones y sandías de los Palacios

El cisco picón

El tío de la arropía,

Y por pregonar, cuentan que allá a principios del siglo pasado se pregonaban en El Rocío hasta:

¡Las pastillas de café con leche de Logroño!

También nuestra tierra pregona sus excelencias inmateriales, aquí pregonamos

al Carnaval, a la Feria, a los Toros,

a la Primavera, a la Vendimia, al Verdeo,

a San Isidro, a la Patrona, a la Navidad,

a los Reyes Magos y la Semana Santa,

al Penitente, al Costalero, al Capataz

y dentro de poco como decía mi amigo Antonio García Barbeito, a Ikea y Carrefour.



¡Cómo no vamos a pregonar a la Santísima Virgen, a la Madre de Dios y nuestra, a la Blanca Paloma, a la Virgen del Rocío!

Hoy yo me atrevo aquí, con la ayuda de Dios, de la Virgen María y con vuestra benevolencia, a pregonar nuestra Fe, nuestros sentimientos, las Glorias y nuestro Amor a la Santísima Virgen, a la Santísima Virgen del Rocío.



Pero porqué a la Virgen del Rocío, a la Blanca Paloma, a la Reina de las Marismas y no a otra advocación.

Toda Andalucía y toda España podrá argumentar unas u otras razones para venerar a la Virgen del Rocío, todas válidas y respetables, pero nuestra tierra tiene algo especial, es la tierra de María Santísima, nuestra tierra es mariana por antonomasia, nuestra tierra es mariana y concepcionista por la gracia de Dios y nuestra tierra, nuestro pueblo, además de ser mariano es pura Marisma.

En los primeros tiempos la marisma palaciega y la marisma rociera fueron una misma cosa, formaban el mismo delta del Guadalquivir, el mismo lago Ligustinus. que desde Sanlucar de Barrameda llegaba hasta Sevilla capital.

¡Cómo no vamos a tener una especial atracción por la Reina de las Marismas, si somos más marisma qué nadie!

Todas las culturas precristianas adoraron a una Diosa, la mujer siempre ha sido adorada, como mujer, como Madre, como Diosa.

La mitología y multitud de culturas han rendido culto a la mujer, a la mujer Diosa



Atenea, diosa de la inteligencia y de la sabiduría

Diana, diosa de loa caza

Cibeles, madre de la tierra

Venus, diosa del amor y de la belleza

Minerva, diosa de la guerra y el olivo

Ceres, diosa de la agricultura.



Haciendo un poco de Historia, remontándonos a la cultura egipcia, ya aparece la diosa Ast, más conocida como Isis para los griegos, que recibió tan bellos epítetos como la “Gran Maga”, la “Gran diosa madre”, “La fuerza fecundadora de la Naturaleza”, “La diosa de la maternidad y del nacimiento”, “La Gran señora”, “La gran madre”, “La señora del cielo, de la tierra y del inframundo”, etc,etc.

El culto a Isis, se extendió por todo el Mediterráneo, por todo el Imperio romano hasta que fue prohibido por el Emperador converso, Justiniano I, en el año 535 de nuestra era.

Muy cerca de aquí en Bolonia , Cádiz, existen restos del siglo II de un templo dedicado Isis.

Este culto a la mujer, como diosa, como madre, con el triunfo del Cristianismo, se convierte en el culto a la Santísima Virgen Maria, como Madre de Dios y como Reina y madre nuestra, refugio y consuelo de nuestras duquelas.



¿Cómo surge el culto a la Virgen del Rocío?



El enclave geográfico de la Marisma del Guadalquivir, donde se venera a la Virgen del Rocío, tiene unas connotaciones esotéricas de singular relevancia, ese espacio ambiguo entre el mar y la tierra, ese raro misterio de unas tierras que ni son mar, ni son lagos, ni son cultivos, ni son baldíos, donde el horizonte no sabemos si es cielo, mar, vergel o desierto, imprimen un especial carácter de sacralidad. Estas marismas están preñadas de religiosidad. No es fruto de la casualidad que aquí, se produzca la mayor concentración de personas del mundo para venerar a la Virgen, son muchos siglos impregnados por el culto a la Mujer-Madre y Diosa. Ya en la época tartesa en estas marismas se adoraba a la Diosa de la Fertilidad, a la Diosa-Madre, a la Diosa Astarte-Tanit. Posiblemente como influencia de la diosa egipcia Ast citada antes. Posteriormente los íberos según algunos historiadores, levantaron un Santuario, más tarde templo romano y después morabito árabe.

El triangulo que es la única figura geométrica indeformable, simboliza deidad y perfección y alberga connotaciones teológicas y de misterio. Dios es trino y uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo. El triangulo de las Bermudas es un gran misterio. La Virgen, que es Rocío, que es Marisma, y que es Pastora, tres advocaciones en una, se la venera también en el triangulo de tres provincias, Huelva, Sevilla y Cádiz, Almonte, Villamanrrique y Sanlucar de Barrameda, el Condado, El Aljarafe y la Marisma.

Algo tienen las Marismas, tienen un halo divino, que atraen el culto a una Deidad, para nosotros a la Santísima Virgen, no creo que sea casualidad que en el Sur de Francia, en las marismas de la Camarga, que son fiel calco de las marismas rocieras, se venere a la Virgen Negra, a la virgen gitana, en un Santuario en medio de sus marismas, a donde acuden anualmente, sus devotos en romería. Donde tocan el tamboril y la flauta igual que aquí, aunque el tambor sea un poco más largo que el nuestro. Donde existe una afición al toro y al caballo, similar a nuestra tierra. Donde existe el mismo monumento al Tamborilero que el que podemos ver junto a la ermita del Rocío.



Sevilla se conquista en el año 1248 como todos sabemos por Fernando III El Santo. Su hijo Alfonso X, el Sabio, continuó con la conquista de tierras a los árabes y todas las tierras conquistadas iba repoblándolas y dotándolas de lugares de culto a la Virgen Maria.

D. Alfonso X, El Sabio, no se conformó con levantar en Triana la Iglesia de la Señá Santana, de tanto sabor rociero, sino que al conquistar el Distrito de Niebla, último reducto árabe en la zona occidental, siendo gran aficionado a la caza y prendado por la belleza de las aquellas marismas, erigió, entre los años 1253 y 1263, la primera Ermita a la Virgen María, que debido al nombre de aquel paraje, se le empezó a conocer como Virgen de la Rocina, celebrándose su festividad en el mes de Septiembre, el día del Dulce Nombre de Maria.

Fue el Padre Quevedo, ese gran creador de tantas maravillosas sevillanas, quien le rinde homenaje de esta forma:



Un rey en el siglo trece

que fue sabio y fue guerrero

puso en el Coto una imagen

y se arrodilló primero

ante la Blanca Paloma

y fue el primer rociero.



Es en el siglo XVII; el 29 de junio de 1653, cuando el cabildo Municipal y Eclesiástico, proclama a la Virgen de la Rocina como Patrona de Almonte.



A partir de ésta fecha se comienza a llamar Rocío en vez de Rocína y como dicen las Reglas de la Hermandad “Instituyéndose la fiesta el día segundo de Pascua del Espíritu Santo”. Este traslado de la Fiesta de la Virgen a Pentecostés, viene a poner de relieve esa unión espiritual y esa gran vinculación de Maria con el Espíritu Santo y como consecuencia con la Blanca Paloma que lo representa.

Pentecostés que supone el entendimiento de todas las lenguas, también debe suponer para nosotros el entendimiento entre todos los hombres de buena voluntad, que nos guíe por el camino del bien y de la paz.

Si la advocación de la Blanca Paloma, se justifica por la vinculación al Espíritu Santo ¿cómo se justifica el nombre de Rocío?

El nombre de Rocío, está lleno de contenido teológico y bíblico y se adopta la advocación del “Rocío” porque así aparece en la oración post-comunión de la Misa del domingo de Pentecostés.

Sin embargo, mucho tiempo antes, el Cantar de Cantares ya lo cita



Que mi cabeza esté cubierta de ROCIO

y mis bucles de relente de la noche

el mismo Cantar de los Cantares vuelve a decir:



¡Quién es ésta que surge cual Aurora

bella como la Luna

refulgente cómo el Sol!



La existencia del culto a la Virgen del Rocío, tiene su origen, como todos sabemos, en la leyenda de una milagrosa aparición, leyenda que por otra parte se repite de forma similar en el culto a la Virgen de la Almudena en Madrid, a la Virgen de Regla en Chipiona, a la Virgen de la Bella en Lepe, a la Virgen de la Antigua, de la Hiniesta y de Los Reyes en Sevilla, etc, etc.



Dice la tradición oral, que

“En los albores del siglo XV, un cazador de Mures, hoy Villamanrrique de la Condesa, llamado Gregorio Medina, se encontraba en la Rocina en su jornada de caza......resumiendo el relato porque es bastante largo. .....se sorprendió por la insistencia de los perros, que arañaban al pié de un árbol centenario. Apartando la maleza, vio atemorizado la imagen de una pequeña escultura, asustándose aún más cuando en la espalda de la imagen pudo leer: “Maria de los Remedios me llamo” . En un principio pensó llevarla consigo hasta el pueblo, pero al fin la dejó en el sitio que la encontró y se fue corriendo a contarlo. Pronto la noticia corrió y tanto los almonteños, como villamanrriqueños, quisieron llevarse la imagen a su pueblo. El litigio se decidió resolver según la costumbre del lugar:

Unciendo en unas carretas dos yuntas de bueyes, para que por su fuerza, decidieran dónde habría de permanecer la imagen. Los bueyes no fueron capaces de avanzar en ninguna dirección, siendo incapaces de mover las carretas.

Este hecho se interpretó como sentencia y la imagen se quedó en el sitio donde fue hallada.”

Esta es la más antigua versión, transmitida oralmente y sin interrupción a través de los siglos, de padres a hijos hasta nuestros días.



La noticia escrita más antigua, es la recogida en las Reglas de la Hermandad Matriz de Almonte de 1.758, que es muy similar a la descrita antes y que resumiendo, dice así :

“Entrado el siglo XV de la Encarnación del Verbo Eterno, un hombre, que apacentaba ganado o había salido a cazar, hallándose en el término de la villa de Almonte, en el sitio que llamaban de la Rocina, advertido de la vehemencia de los ladridos de los perros, descubrió una imagen de la Reina de los Ángeles de estatua natural, colocada sobre el seco tronco de un árbol.

Hallazgo tan precioso, llenó al hombre de gozo y se dispuso a llevarla sobre sus hombros hasta Almonte. Cansado se quedó dormido y al despertar no encontró la imagen. Vuelto al sitio donde la vio primero, allí la encontró como antes. Después fue a Almonte, contó lo sucedido y creyéndolo, todo el pueblo fue a venerar a la imagen

Mientras le construyeron una pequeña ermita, la trasladaron a la iglesia Mayor de la Villa. Una vez terminada la ermita la colocaron en el Altar sobre el tronco en que fue hallada, sirviéndole de peana, adorándose en aquel sitio con el nombre de la Virgen de la Rocina”



La fundamental diferencia entre las dos leyendas, estriba, en que en la tradición oral se nombra al “manriqueño Gregorio Medina” y en la escrita no se especifica de donde era el hombre que encontró la imagen. Lógico ante la rivalidad de Almonte y Villamanrrique por adjudicarse la primacía sobre la Virgen.

Sin embargo es interesantísimo comprobar cómo, mucho antes, en el Apocalipsis también se habla de una aparición, con una descripción más precisa y parecida a la imagen del Rocío que todos conocemos. Dice en el versículo 12.1 :



Una gran señal apareció en el Cielo: una mujer, vestida de Sol, con una Luna bajo los pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.



¿Se puede describir mejor a la Virgen del Rocío en el siglo primero de nuestra era, cuando aún no existía El Rocío?



La primitiva ermita de la Virgen del Rocío, fue derribada por el terremoto de Lisboa en 1755. Volviéndose a levantar sobre sus ruinas y tras varias reformas y añadidos durante dos siglos, llegó hasta la que los más antiguos aquí presentes pudimos conocer. Habiéndose quedado pequeña, fue demolida. El 12 de abril de 1969 se inaugura el nuevo Templo, donde hoy se le rinde culto, diseño de dos magníficos arquitectos, Antonio Delgado Roig y Alberto Balbontin Horta y aunque el Templo es majestuoso, en mi modesta opinión no creo que sea el más el más idóneo para el entorno de marisma donde se ubica y menos aún con el opulento barroquismo polícromo de su decoración interior, desfasado en el tiempo y en el lujo.

Hemos repasado, someramente la Historia para entender mejor el porqué y en qué lugar se venera a la Virgen del Rocío.



Pero ahora cabe preguntarnos ¿qué es hoy el Rocío?



Creo que es imposible de definir.

La única definición, es la indefinición, lo que todos los rocieros decimos, “El Rocío no puede explicarse, hay que vivirlo y sentirlo”

“El Rocío es un prodigio indefinible, ante el que siempre resultará inútil todo intento descriptivo” nos dijo D. Antonio Rodríguez-Buzón.

Antonio Gala en 1.985, escribía, “a quién necesite que se le explique, no vale la pena explicárselo”.

El Rocío, como hemos visto en su análisis histórico, podría entenderse como un crisol de culturas.

Es un crisol donde se funden

la historia y la leyenda,

la deidad y lo sobrenatural,

lo profano y lo religioso,

la cultura de un pueblo y sus cultas raíces,

el sentimiento y la espiritualidad,

la pena y la alegría,

el cante y el baile,

el camino y la romería,

el rezo y la oración,

las emociones y las lágrimas,

la fe y la esperanza,

la abundancia y las carencias,

la acción de gracias y la promesa,

el pecado y el perdón,

la hermandad y la generosidad,

y sobre todo el Rocío es el crisol donde se funden la veneración y el amor a la Virgen nuestra Madre.



EL ROCIO ES EL AMOR A LA VIRGEN, A NUESTRA MADRE.



Por desgracia y como todo lo humano, el Rocío también tiene sus debilidades, sus puntos flacos y sus detractores. En nuestras manos está el conservar y transmitir intacta la herencia que hemos recibido de nuestros mayores, tarea complicada en los tiempos que corren.

Como todos sabemos y sufrimos, nos encontramos en un momento de crisis económica, pero más grave y más profunda es la crisis ideológica y la crisis de valores en que se encuentra inmersa nuestra sociedad.

Nos encontramos en un momento en el que nuestra cultura cristiana, cimentada a través de más de veinte siglos, es atacada ferozmente por una corriente materialista, agnóstica y laica que nos empuja hacia el vacío y la violencia.



El rechazo a Dios en la cultura acaba convirtiéndose en una forma de fundamentalismo y el fundamentalismo siempre genera odio, guerra y desintegración, cuando nosotros los rocieros buscamos amor, paz, equidad y solidaridad.



En una sociedad tan inculta, que no sabe leer el pasado para proyectar el futuro. Ignorar que Occidente tiene anclada su Cultura en el cristianismo, es querer borrar nuestra Historia.



En una sociedad donde se atacan los cimientos de la primera comunidad de vida y factor de estabilidad social como es la Familia.



En una sociedad donde se ataca el derecho a la vida del recién engendrado.



En una sociedad donde no se respeta el derecho de los padres a la educación de sus hijos



En una sociedad donde se prohíben los Crucifijos en nuestras escuelas.



En una sociedad donde se incorporan costumbres y elementos foráneos como el “halloween” para sustituir la “Fiesta de Todos los Santos” o como algunos iluminados pretenden sustituir la entrañable Navidad por la “Fiesta del Solsticio de Invierno”



En una sociedad que no es capaz de comprender la religiosidad de un pueblo y que tomando como ejemplo a unos pocos, ataca al Rocío y a los rocieros, tachándonos de festeros, juerguistas y anacrónicos.



En una sociedad donde los valores que se inculcan y estimulan son el hedonismo, el consumismo y el afán de éxito sin esfuerzo, y que no sabe distinguir donde se encuentra la frontera entre el bien y el mal, entre lo justo y lo injusto....

¡Qué gran visionario fue Juan Pablo II, cuando hace más de 20 años, en febrero de 1988, en su Encíclica “Sollicitudo rei socialis” nos advirtió:

“El mundo avanza orgullosamente hacia atrás, porque el desarrollo económico sin solidaridad, provoca injusticia y la opresión del hombre”



No nos amedrentemos por las circunstancias y por la ceguera de una parte de nuestra sociedad, creo que es muy gratificante que nos encontremos hoy aquí para defender y pregonar lo más alto posible, con todas nuestras fuerzas y dando testimonio cristiano y rociero, nuestras más arraigadas tradiciones, que durante siglos, nos han sabido transmitir nuestros mayores y muy especialmente para defender nuestro culto, amor y devoción a la Blanca Paloma y gritar al mundo entero, ¡VIVA LA MADRE DE DIOS, VIVA LA VIRGEN DEL ROCIO!

Se acerca el Mes de Mayo, el mes más bello del año, el mes de María.

El latido de nuestros corazones se acelera, llega Pentecostés: ¡Qué larga la espera!



Alfonso X El Sabio se expresó así:



“Bienvenido Mayo y con alegría

por eso roguemos a Santa María

que pida a su Hijo aún todavía

que de pecado y locura nos guarde.

Bienvenido Mayo.

bienvenido seas y con alegría.”



Se acerca la fecha del Rocío, es el Milagro que se repite todos los años.

El Rocío son muchos milagros, tantos como rocieros.

Todos hemos tenido la ocasión de conocer o presenciar multitud de Milagros gracias a la Virgen del Rocío y su infinita misericordia. Resaltaré alguno de los milagros que la Santísima Virgen realiza en nosotros, aunque a veces nos pasen desapercibidos.

Como ya os conté en la revista El Frontil del pasado diciembre, un miércoles de Mayo de hace 25 años, la Virgen del Rocío obró en mi mujer y en mí, un gran Milagro, el Milagro y la bendición de hacer nuestro primer camino.



Situémonos en el año 1984.

Como todos los martes, después de acabar nuestro trabajo, Andrés Correa y yo, tomábamos una copa antes de regresar a casa, unas veces en Cá Currón, otras en la Liebre(la antigua) o en Cá el Bizco, en el Desembarco, en casa del “tito”Manolo como le gustaba que le llamáramos a Manolo Mayo, o bien en el Bar España de Faustino, de Faustino Gonzálvez, mi buen amigo y actual Hermano Mayor de la Hermandad Servita. Sin embargo aquel día fuimos a una tasquita que había abierto recientemente, nuestro amigo Juan Delirio. Juan estaba que no vivía, no era el mismo de otras veces, ¿Juan que te pasa? A mi ná, os parece poco? ¿Es que no sabéis que me voy pal Rocio? y además os espero mañana en Coria a mediodía. No me vayáis a faltar. Después de las copitas de rigor y de degustar sus habilidades reposteras, al despedirnos, nos insiste, que mañana no dejéis de ir Coria.



Andrés no se acordó de ir a Coria, pero a mí no se me quitaba de la cabeza y a mediodía, al llegar a casa, en Tomares, le digo a Elena ¿te apetece tomar una copa en Coria? , sin mucha discusión, en un santiamén estábamos en Coria del Río embelesados viendo cruzar el Gran Río al Simpecado de Los Palacios. Extasiados por tan bella imagen, dando la espalda al Río, seguimos atraídos como por un imán, tras el Simpecado. Con júbilo nos recibe Coria y su Virgen de la Estrella y sin darnos cuenta, bajo un sol impenitente, nos encontramos rodeados de un gran gentío, remolques, charretes, caballos y muchos amigos. Estábamos en la parada del Parque Juan de Mesa.



Todo el mundo te ofrece su hospitalidad, un vino, y su mesa. Una oración hecha cante, unas copas, buen yantar, el tiempo que pasa, y el Alcalde de Carretas que da el aviso para continuar. Abrazos, saludos y despedida. En este momento, un gran amigo, uno de los rocieros más cabales que he conocido, Manolito Nieto, con su exquisito saber estar y decir, nos invita para que nos fuéramos con ellos, que hiciéramos el Camino con ellos, con él y María, su mujer. Que en su tienda de campaña había un sitio para nosotros.

¡Qué manera de abrir su casa y su corazón a los demás!.

Como es natural no echamos ni cuenta, pura cortesía por su parte, pensamos. Además para nosotros, era un día normal de trabajo y teníamos cosas que hacer.

Nos vuelve a insistir y ésta vez lo dudamos. A la tercera nos miramos y cuando nos dimos cuenta, estábamos con lo puesto, en la Venta del Cruce, camino de Colina. Esto ocurría en 1.984. Hace 25 años, dentro de unos días 26.

Al año siguiente repetimos, pero ya éramos dos y medio. Un año después fuimos tres, ya nos había nacido Sara y fue bautizada en el Quema.



Aquel fue nuestro primer Rocío. El inicio de un nuevo Camino para descubrir otra forma de acercarse a Dios y a nuestra Señora, para descubrir que si todo el año fuera Rocío, el mundo sería mucho mejor.

Elena y yo, expectantes, como niños, de los de antes, con zapatos nuevos, con los ojos como platos, no salíamos de nuestro asombro.

Unos tramos de asfalto y dejamos atrás La Puebla.

Poco después llegamos a una encrucijada de caminos y a una Venta donde esperamos a los más rezagados.

Le pregunto a Manolito Nieto, ¿esto que es? Manué, esto es la Venta del Cruce. A partir de aquí, ya no encontramos civilización hasta que lleguemos a Villamanrrique.

Esa afirmación me dejó y me sigue dejando perplejo. Aquí de verdad empieza otro Camino, quizás el verdadero Camino. A partir de aquí, nos olvidamos de la rutina diaria de una vida acelerada, no sabemos para qué, llena de estúpidas obligaciones, se abre un paréntesis en nuestras prisas, se paran los relojes, se comienza a percibir un aire de libertad, nos reencontramos con la Naturaleza y con nosotros mismos. Para centrar nuestras ideas en la Blanca Paloma.

Y aunque a los más jóvenes les parezca mentira, en aquellos años no había móviles. ¡Que liberación no oír un teléfono!

Yo siempre decía, mira, todavía no he visto un pino con teléfono.

Ese año, como podéis imaginar nos perdimos la salida del pueblo, pero no al año siguiente que Manolito Nieto se encargó de preparar un Rocío completo.

Jamás se podrá borrar de mi memoria, aquella noche de nervios y aquel amanecer que no llegaba, aquella vespertina Misa en El Sagrado Corazón, de tan gratos recuerdos, nunca un Templo se puede sentir más de sus feligreses como éste ganado y pagado por ellos mismos, Comunión de peregrinos, el traslado del Simpecado, la rebosante bondad de Curro manejando sus mulas, aquella calle Real repleta de gente y aquella radiante Adelina , saludando con su aguda voz, a izquierda y derecha, gritando a sus amigas y conocidos, adiós Fulanita , adiós Menganita, adiós Futanita, que me voy pá el Rocío.

Desgraciadamente, aquella salida del pueblo será irrepetible porque nos faltan Ramón Clemente y Pepe Sardina que desde el Cielo, me estarán escuchando y dentro de unos días aplaudirán el paso de nuestra Hermandad

Emotivo el recibimiento en San Sebastián, se va terminando la calle Real. Va cayendo la mañana y el Sol empieza a decir aquí estoy yo. Poco a poco se va perdiendo la blanca silueta del pueblo,



Adiós alta Torre Parroquial

atrás quedó, El Furraque,

atrás queda La Corchuela

adiós Dehesa de Coria.



Y enfrente El Guadalquivir,

río sabio y milenario

grande y caudaloso en su discurrir,

al ver a la Virgen llegar

manda sus aguas parar

y con sus brazos abiertos

rezando un Ave María

Nos espera para cruzar



Salve y vivas a la Virgen del Rocío

los bueyes con miedo y reacios

obedientes a la voz del boyero

embarcan el Simpecado de los Palacios

ya estamos cruzando el Río



¡Quién fuera barca!

¡Quién fuera puente!

Para unir tus riberas

y de orilla a orilla mecerte

.

¡Quién fuera barca!

¡Quién fuera puente!

Para en mis brazos tenerte

mientras Coria rociera

y su Virgen de la Estrella

te espera impaciente.

Mi primera noche de Camino fue en la Dehesa Baja de Colina.

Me asombraba todo. Me maravilló el ritual orden con se colocaban en circulo todos los remolques, presididos por el Simpecado.

Nueva pregunta a Manolito Nieto ¿y ahora que se hace? Lávate un poco, comeremos algo y después el Rosario.

Jamás pude imaginar cuanta belleza, recogimiento y religiosidad podía encerrar el rezo del Santo Rosario. El rezo del Rosario delante del Simpecado, templo improvisado en medio de la Dehesa y de la noche callada. Rompiendo el silencio: un misterio, un cante por sevillanas que es una plegaria, otro misterio, otra plegaria y así hasta terminar los cinco misterios de Gloria. Esas voces rudas y cansadas, esas caras anhelantes, esos recuerdos a los ausentes, esas improvisadas peticiones ahogadas por las lágrimas, esas letanías a María, que son saetas de alabanza, piropos salidos del alma del rociero, esa acción de gracias por los bienes recibidos….calaron en lo más profundo de mi alma.

Después del rezo del Santo Rosario, la expresión alegre de un pueblo que se manifiesta cantado.

Una gran fogata en el centro, cante a cual más bello, a cual más sentío. Aquí parece que todo el mundo sabe cantar. El frío y el cansancio aprietan, no sé si me quedé dormido, no sé si lo soñé, no sé si fue realidad, pero fue una noche mágica



Noche mágica en Colina

la luna espectadora de excepción

algo tímida, nos ilumina



Es media noche.

Cohete que rompe el aire

los romeros que acuden

como lección aprendida

delante de su Simpecado,

que con sus velas encendidas

es un ascua de luz.

Es su altar y su sagrario.



Con mucha devoción

primer misterio, un cante rociero,

segundo misterio y otro cante,

que van subiendo hasta el cielo,

como un halo de perfume

hasta terminar el Rosario



Suena el tamboril y una gaita



Los ángeles, que ya son rocieros

hacen palmas a compás

la llama baila en las candelas

danza de fuego palaciega

que alzando sus brazos

llama a las estrellas

para que bajen del cielo





La Blanca Paloma, llena de alegría

y Dios Padre, complaciente

les da permiso por un día.

porque le gusta el ambiente



San Pedro, que se siente flamencón

no quiere ser menos

dejando a buen recaudo sus llaves

echa mano a la guitarra y

se incorpora a la reunión.



Fiesta por todo lo alto

fandangos y bulerías

sevillanas y mucha alegría



La Virgen sin darse cuenta

empieza a tocar las palmas

y el niño que se le cae

se arranca por sevillanas.



San Pedro con su guitarra

le toca por bulerías

y los Ángeles que lo jalean

¡Vaya arte! ¿Quién lo diría?



El tiempo pasa deprisa

empieza a clarear el día

el Niño ruborizado

salta a los brazos de su Madre

y pide perdón por su osadía

Ella que lo ve feliz y cansado

lo comprende y lo perdona



Las estrellas, vuelan al firmamento

la luna se desvanece

los Ángeles, vuelven a revolotear

alrededor de la Virgen

San Pedro, que retoma sus llaves

y con cara de sueño

se sienta de nuevo junto al Padre



Y nosotros peregrinos

nos frotamos los ojos

no sabemos si soñamos

o deliramos

Le damos gracias a Dios

y a la Virgen le pedimos

fuerzas para seguir el Camino.



Antes del toque del Alba, me despierto.

Abro la cremallera de la tienda de campaña y ante mis ojos un paisaje fantasmagórico entre brumas oníricas ¿estoy en una nube? ¿estoy en la tierra o estoy en el cielo? Los primeros rayos de sol, sorteando los pinos, acarician el Simpecado Divino.

Esta sensación de paz, de quietud, de libertad y felicidad, perdurará para siempre en mi alma.

Ahora sí, el toque del Alba que sabe a Gloria. Todo el mundo de levanta, empieza un nuevo día, desayunos, mucha prisa y a continuar.

Serpenteando por caminos, que para mi son como robados del Paraíso, nos acercamos al mítico vado del Quema.



¿Manolito Nieto, y ahora qué?

No había terminado de preguntar, cuando nos vimos con el agua casi por la rodilla, Juan Delirio con un cubo, Manolo Falcón el Hermano Mayor y Manolo Nieto, echándonos el agua, con esa sonrisa placentera de un deber cumplido



Río Guadiamar

hijo del Guadalquivir

pila bautismal

que haces rociero

al que se te digne cruzar



Río Guadiamar

Jordán andaluz

bautiza al peregrino

que para adorar a la Virgen

viene haciendo el Camino



Río Guadiamar

Vado del Quema

donde lavar quisiera

con agua bendita

mi alma rociera



Río Guadiamar

remanso de paz.

Toca tamborilero templao y despacio

que está cruzando el Quema

el Simpecado de Los Palacios

Húmedos los pies, refrescada el alma, nos alejamos del Quema, ya divisamos Villamanrrique, nos espera la número uno de las Hermandades rocieras. ¡Qué tiene Villamanrrique, qué cuando vamos llegando, el corazón parece que se nos sale, sentimos algo especial. La Plaza de España se engalana para recibir a Los Palacios, nuestro Simpecado se sitúa frente a Santa Maria Magdalena, donde nos espera la Hermandad más antígua.

Nos hierve la sangre, ¡arriba con Ella! paleamos con ardor y mucho amor, ayudando a los bueyes, escalinata arriba, el Simpecado traspasa la puerta y el morrión se cuela en el Templo, saludando a San Roque su Patrón.

.

Reconfortados por la Presentación y la gratificante acogida, nos dirigimos al Polideportivo para reponer fuerzas: nos espera la Raya Real.

Estábamos terminando el almuerzo, cuando un griterío nos pone a todos de pie. Se produce un Milagro. Un charré desbocado, con varios niños y sin gobierno, va a toda velocidad. Se presiente una tragedia. En un santiamén, parece que estamos en una escena del Oeste. Varios jinetes al galope, dan alcance al charré, y se hacen con su control, pocos metros antes de llegar a un arroyuelo. Eran los “indios”, criticados por su singular atuendo y ese día salvadores de una gran tragedia. En El Rocío, mientras nos una la devoción a la Virgen, no sobra nadie.

Repuestos del susto y dando gracias a la Blanca Paloma, seguimos nuestro Camino.



La Raya Real que es un cortafuego terrenal, se convierte para el rociero, en propagador del fuego de su alma, fuego de Amor a la Gran Señora. El paso de las hermandades, va abriendo surcos en la arena, surcos de piedad y de amor, como se va abriendo nuestro corazón, al sentirnos más cerca de Ella



Largo y denso caminar

se agota el arenal.

va cayendo el Sol

en la Raya Real.



En la verde lontananza

rompiendo el horizonte

se divisa la blanca cal

Cerro del grullo y a descansar.



El oro de la tarde

da paso al rojo lubrican

convirtiendo en plata

la noche estelar

Por fin, estamos en Palacio.

Cansados los cuerpos,

reconfortada el alma.

Se desenganchan mulas y bueyes

con cadencia...muy despacio



Un rosario de carretas

se dibuja en los pinares

broche de plata es el Simpecao.

Nos espera otra noche para soñar.

Para soñar con Ella

Y el Pastorcito Divino.



Viernes por la mañana.

Atrás queda Palacio.

ya vamos oliendo a marisma, la Aldea se presiente cerca.

Los peregrinos caminan cantando al lado de su Simpecado, pero más cerca que nadie, destaca uno, siempre el mismo, siempre en silencio



Su gorra calada

su piel arrugada

su mano acariciando el boquinete

siempre al lado de su rueda

En la otra mano una vara.



Al cuello, un pañuelo anudado

una vieja medalla en el pecho

que no se separa de el.

El que no se separa de Ella

y unos ojos humedecidos

que bríllan como una estrella.



Sus pies hincados en la arena

no son una condena.

El polvo reseca su garganta,

el Sol curte su tez morena

pero a él nada le espanta.



Recordando a quién más quería

su alma llena de pena

su corazón reboza alegría

aunque lleve promesa ajena.



No hace falta decir su nombre

no necesita boato

prefiere el anonimato

el es feliz con su destino

todos sabemos quien es

es el más cabal de los peregrinos



De nuevo surge mi inquietud y mi ignorancia



Manolito Nieto, ¿Cuánto falta para El Ajolí?

Manué, alza la vista y allí al fondo lo tienes.



El agua que es el origen de la vida, siempre nos sugiere una especial atracción, no existe vida sin agua, antes de nacer estamos inmersos en agua, nos hacemos cristianos con el agua, la Virgen siempre se aparece al lado del agua, río, fuente o pozo. De nuevo nos encontramos con el agua, para alcanzar nuestro objetivo.



Cruzar por el Quema, fue un momento sublime.



Ahora que lo tenemos tan cerca, el puente del Ajolí, es el Propíleo del Templo Rociero, es la antesala del Cielo, nos sentimos ya tan cerca de Nuestra Señora, que saltamos de júbilo, rezamos y bailamos llenos de gozo, antes de culminar nuestro Camino y postrarnos a los pies de la Blanca Paloma.

Nunca olvidaremos Elena y yo, esa sevillana de acción de gracias sobre el Ajolí, bailada a trío con nuestra hija de apenas nueve meses, en la mochila.

Todo es llegar a la Casa Hermandad, soltar los trastos y acudir cansados, sudorosos, pero muy felices, a la Ermita, para rezar y dar las gracias a la Santísima Virgen. Primer objetivo cumplido.

El sábado día de asueto y descanso, paseo por la aldea, visita a otras hermandades y amigos, siempre aprendiendo al lado de quién más gente y más cosas conoce del Rocío que nadie. Y yo, que ya me había acostumbrado a llevar el sombrero en mi cabeza, va y me dice con la mayor delicadeza del mundo, Manué, cuando se pasa delante del Simpecado de alguna Hermandad lo correcto es quitarse el sombrero. Jamás lo he olvidado. Gracias Manuel Nieto.

Por la tarde con todo recogimiento, hacemos la Presentación.

Segundo objetivo cumplido.



Domingo de Pentecostés por la mañana, Misa en el Real.

¿quién puede permanecer impasible ante tanta devoción y belleza?



Aquel domingo a mediodía, en el patio de la Casa Hermandad, se produjo otro de los muchos milagros, que como antes he dicho, le debemos a la Virgen del Rocío y que voy a contar, aunque mi mujer me dijo, que si lo contaba no venía. Perdón mi amor.



La organización del patio era distinta a la de hoy. Los remolques se situaban en el centro y las mesas se ponían en los laterales junto a las medianeras. Tampoco teníamos techo, nos quitábamos del sol con unos toldos amarrados con cuerdas y por si hacía aire, se le echaban unos ladrillos encima como lastre. Como digo era mediodía, antes del almuerzo y estábamos sentados tomando unas copas y comentando las incidencias del camino, aproximadamente donde los últimos años se sitúa el remolque de la familia de nuestra Hermana Mayor, cuando oímos un ruido seco, Elena de espaldas a la pared, ni se inmuta, pero un reguero de sangre le corre por la cara, asustados, la acercamos a la zona de cocinas, se le limpia la cara con agua, se le rocía la cabeza con vino. Todavía no hemos encontrado la herida.

Un ladrillo había caído desde más de cuatro metros sobre su cabeza. Sólo un milagro explica que no hubiera ocurrido nada grave.



Cae la noche del domingo, impresionante es el rezo del Santo Rosario todo el ambiente se impregna de luz y de rezo. La masificación obliga, pero yo sigo añorando aquellos rosarios tan íntimos, aquella fila ininterrumpida de peregrinos iluminando la aldea, serpenteando camino de la Ermita, aquel paso sagrado por el Santuario, aquella vuelta a la Casa Hermandad por la puerta de la Marisma y aquella impaciente espera del momento mágico del salto de la Reja....

Suenan a los cuatro vientos, El lírio de las Marismas, San José, El Salvador y Blanca Paloma, como lenguas de bronce llamando a los fieles.



¡Ya está la Virgen en la calle!



La Blanca Paloma, toda la noche revoloteando, visitando hermandades, llega por la mañana, cansada y con ojeras, pero reluciente aún el coral de sus mejillas, hasta la explanada de Doñana.

Allí, en la esquina del eucaliptal, le esperamos ansiosos y felices todos los palaciegos. Es el momento clave y último objetivo de nuestro peregrinar, recibir a Nuestra Señora. ¡Qué hermosa humildad la suya!

Ella, no se contenta con recibirnos en su Templo.

Ella se digna echarse a la calle, quiere saludarnos uno a uno, quiere devolvernos la visita y nosotros torpemente le correspondemos con vítores y alabanzas. Ella viene a pedirnos más. Ella nos va a pedir que seamos romeros, rocieros de verdad. .



Es el gran día de Pentecostés. Pentecostés es alegría, Pentecostés es la Luz, Pentecostés es la Vida



Santísima Virgen María, Blanca Paloma nuestra, voy a terminar pidiendo que nos ayudes a alcanzar los dones del Espíritu Santo, el don de la Sabiduría, el don del Entendimiento, el don de Consejo, el don de la Fortaleza, el don de la Ciencia, el don de la Piedad y el don del Temor de Dios, para que seamos capaces de proclamar al Mundo nuestra Fe y nuestro amor a Dios.



Santísima Virgen María, Blanca Paloma nuestra,



Tú que eres

la luz que ilumina nuestra oscuridad

el agua, que calma nuestra sed

y el aire, que nos da felicidad



Tú que eres,

consuelo en la pena

alegría en la tristeza

y libertad en la trena.



Tú que eres,

púrpura en la alborada

rosicler en el lubrican

y azul de cielo en la noche perfumada



Tú que eres,

estrella de la mañana

el sol que alimenta nuestro amor

y Luna en la noche oscura



Tú que eres,

rubio trigo y maizal de oro

semilla en el Camino

y nuestro mayor tesoro.



Tú que eres,

la esperanza de nuestra salvación

el refugio de nuestros pecados

y orgullo de devoción



Tú que eres,

el camino de nuestro anhelo

madre de nuestros sueños

y reina del Cielo.



Tú que eres maestra y abogada nuestra

intercede ante Dios todo poderoso y misericordioso

para que nos conceda su perdón.

Y en la noche sin amanecer

obres en nosotros el milagro
el último Milagro,

de disfrutar de tus marismas azules

Y de alcanzar y gozar

de tu eterna presencia

Amen.

Manuel Álvarez Pérez.

Los Palacios y Villafranca, 25 de Abril de 2.010